viernes, 2 de diciembre de 2016

EL PAJARO AMARILLO Y SU HISTORIA

Al atardecer del 14 de junio de 1929 en la playa de Oyambre cuatro hombres bajaron del avión con el que acababan de realizar un aterrizaje de emergencia. Se trataba de los tripulantes de un aeroplano francés, procedente de Estados Unidos, y que había pretendido llegar a París en vuelo sin escalas. Por su color, ese avión será conocido como el pájaro amarillo.
A pesar de que habían transcurrido dos años desde que Charles Lindbergh consiguió cruzar el Atlántico en solitario —por lo que ya no había un gran premio por el vuelo— continuaba la pasión de muchos aventureros por conseguir nuevas modalidades de travesía. Hasta el punto que más de un centenar de pilotos habían perecido y el Gobierno francés prohibió realizar esos vuelos desde su territorio. Pero eso no impidió que el millonario francés Armand Lotti desmontase su aeroplano Bernard y lo trasladara de contrabando hasta Inglaterra, y de allí a Estados Unidos. Como Lotti era tuerto, y tenía prohibido el pilotaje, contrató a dos experimentados pilotos —Assollant y Lefévre— viajando él como pasajero. Lotti era un hombre optimista; prueba de ello es que decidiera pintar su aeronave de amarillo para ser más fácilmente identificable en caso de amerizaje (como si fuera a haber barcos cerca para recogerles a tiempo). Y por esta razón llamó a su avión L’Oiseau Canari (El canario o Pájaro Amarillo).
Después de muchos cálculos sobre la relación entre el peso del avión y el combustible, horas antes de despegar descargaron cien litros de gasolina para aligerar en 90 kilos el aeroplano y aumentar las posibilidades de llegar a París. Pero durante la prolongada ceremonia de despedida, muy pendientes de los periodistas y los amigos, no se dieron cuenta de que un individuo se montaba en el avión y se escondía en la parte de atrás de la carlinga. Se trataba de Arthur Schreiber, un desempleado norteamericano de 25 años. Al cabo de unas horas de vuelo, el polizón se presentó a los otros tres con la sencilla frase here I am (aquí estoy). Explicó su acción por el deseo de cumplir su sueño de emular a Lindbergh cruzando el Atlántico; y que como no tenía dinero el dinero de Lotti, se había montado en su avión. Una vez repuesto de la sorpresa, Lotti decidió que no regresarían al punto de despegue; para asegurarse la exclusiva periodística del relato, le amenazó a Schreiber con tirarle del avión en pleno vuelo si no firmaba el escrito de renuncia a hacer declaraciones que redactó allí mismo.
Lo cierto es que, tras 29 horas y un vuelo de 5.300 kilómetros, a donde llegó el pájaro amarillo no fue a París, si no a Cantabria; a la playa de Oyambre. Allí fueron recibidos por los veraneantes, que llamaron telefónicamente a las autoridades y los acogieron en sus casas. Al día siguiente llegaron a Comillas periodistas de medios españoles, norteamericanos y franceses para entrevistar a los aviadores.

Tras dos días de agasajos y con la gasolina de aviación que había sido traída por un aeroplano desde Madrid, el ya famoso pájaro amarillo —que es como lo bautizaron los lugareños y ha quedado en la historia de España— voló desde la playa de Oyambre hasta Mimizan (departamento francés de Las Landas) donde se hizo la “llegada oficial”. Al polizón no lo denunciaron, por lo que volvió en barco hasta Estados Unidos con un pasaje pagado por Lotti. Schreiber cumplió durante toda su vida el compromiso de no lucrarse con el relato del viaje por lo que Lotti acaparó todo el protagonismo y se embolsó el importe de las exclusivas periodísticas sobre el pájaro amarillo.
((Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga)

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchisimas gracias por este enlace Antonio. Estupendo video y gran trabajo! nos ha encantado. Saludos

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