viernes, 4 de noviembre de 2016

Poema de 1986





SORPRENDENTE BELLEZA


Bajo la piedad del silencio
y el esplendor de su fuego abrasador,
paso el Portillo; la gloria de su creador,
dónde unos mozucos chiquillos
con su dulce acento me hacen la indicación,
de que todo lo que he de encontrar en el interior
será digno, de sentirlo; por su enamorado verdor.

Comillas La Villa dorada y soñada
con su Fuente de los tres caños;
y ese Torreón que la preside todo un año
por ser la Fuente, de toda enamorada:
Muy cercano, la Torre del Campanario
junto al Corro con su empinada,
por donde bajan los mozucos enamorados.

Comillas Villa de blasones y artesanía
con aires, que ornamentan la sublimidad de su Palacio:
Todo arte, que solo se esculpe con la lozanía
de esta Villa honrándose en su bello espacio,
en el que la grandeza, cubriese de gloria y manto
aunque los vientos y las mareas en pleno llanto,
ofrecieran les tristezas, y desencantos.

Comillas Tierra de hidalgos caballeros;
Villa de los Arzobispos, como así la bien llamarán
los que la creyeron, como la Villa bien amada
siempre, por profesarse en ella la Fe de Cristo
como el sumun, del pensamiento del quien la fundara
ante el infortunio, de San Vicente allá en otra riada
que puso, su primera piedra tallada.





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