Haciendo que los señores De Rivera obsequiaran a SS.AA y a cuantos concurrieron a la improvisada reunión, con un delicado refresco.
De este rincón de España,
Junto a la mar,
siempre de la Montaña
me he de acordar.
Soñaré alegremente
con la tierruca.
Siempre tendré presente
La Coteruca.
Y las felices horas
que allí pasé,
horas encantadoras
que yo gocé,
serán, mientras aun tenga
vida y memoria,
recuerdo que mantenga
mi pobre historia.
Bien quisiera pagaros...
no sé qué hacer.
Sólo sé recordaros
y agradecer.
Paz de Borbon.-Comillas Septiembre 1882.
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