En 1929
las mujeres de La Villa de Comillas acudían a los lavaderos públicos, los
cuales tenían ciertas normas impuestas para su uso:
- Los puestos serian ocupados por las primeras personas que llegasen con la intención de lavar, quedando prohibido que se lavase nada más que no fuese ropa.
- No se podía ceder ni reservar el sitio de una persona a otra. Tampoco ocupar más sitio del necesario.
- Quedaba totalmente prohibido y severamente castigado lavar ropas de enfermos contagiosos en los lavaderos públicos.
¿Te
imaginas centrifugar a mano?
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